Fundación DENAES, para la Defensa de la Nación Española

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jueves, 7 de julio de 2011

Bildu y la capitalidad cultural europea

La semana pasada se conoció el fallo definitivo del jurado que debía otorgar la Capitalidad Cultural Europea a una ciudad española para el año 2016, galardón a compartir con otra ciudad polaca tal y como se había establecido previamente en las bases del concurso. Tras una primera criba que tuvo lugar el pasado año 2010, quedaron como finalistas las ciudades de Zaragoza, Burgos, Segovia, Las Palmas de Gran Canaria, Córdoba y San Sebastián, siendo esta última la que se alzó con el ansiado premio.

Sin profundizar en las quejas presentadas por otras candidaturas, que se consideraban poseedoras de mayores méritos que la ciudad finalmente elegida, es de destacar la razón esgrimida por el jurado para otorgar el premio a San Sebastián: la distinción concedida a la capital guipuzcoana como Capital Europea de la Cultura 2016 «servirá para afianzar el proceso de paz».

Por lo tanto, si ya de por sí son sospechosas de politización elecciones de este tipo, las sospechas se tornan ahora en una macabra certidumbre: la certidumbre de que el gobierno de España sigue manteniendo el diálogo con una banda terrorista antiespañola como ETA, y a la que recientemente se le ha concedido la gracia de presentarse a unas elecciones bajo la forma de la coalición Bildu, logrando unos resultados tan abrumadores (segunda fuerza política a nivel municipal en el País Vasco) como desalentadores para la causa de la Nación Española. No olvidemos que la alcaldía de San Sebastián se encuentra en posesión de Bildu, con lo que a los medios que le otorga el poder controlar tan importante consistorio, hay que añadir todos los parabienes que le facilitará su condición de capitalidad cultural. Esta designación de San Sebastián como Capital Europea de la Cultura no puede considerarse sino como un nuevo favor a ETA.

Por si fuera poco, el alcalde saliente, Odón Elorza, famoso por su connivencia con las anteriores marcas blancas de ETA, y derrotado precisamente por Bildu tras veinte años ininterrumpidos de gobierno socialista en el consistorio donostiarra, ya se ha lamentado porque según él se politice la elección de la capitalidad cultural. ¿Es que acaso la presencia de Bildu en la alcaldía no es ya de por sí un signo inequívoco de politización hacia la causa de quienes buscan destruir la Nación Española a cualquier precio?

¿Y qué puede ofrecer como «cultura» una Capitalidad Cultural dirigida por una fuerza política extravagante, que ya ha manifestado su intención de que el ejército, la policía y cualquier otra fuerza de seguridad española salgan del País Vasco? Obviamente, todo lo que no sea común al resto de la Nación Española, a la cultura común que caracteriza a una de las naciones más antiguas de Europa. Lo que representa desde varias décadas atrás la normalización lingüística en eusquera, ignorando el español, o la segregación de cualquier rasgo cultural común al resto de la Nación Española. Algo por lo que ETA, las siglas que se ocultan tras la máscara de Bildu, lleva peleando con sanguinarios métodos desde hace más de cincuenta años.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA.

miércoles, 22 de junio de 2011

La «guerra» de Arzalluz

La semana pasada fueron noticia unas declaraciones del antiguo dirigente del Partido Nacionalista Vasco, Javier Arzalluz, acerca del éxito electoral de la coalición proetarra Bildu, vertidas en el también diario proetarra Gara. El ex dirigente nacionalista, el mismo que presumió en su día de «recoger las nueces» que caían del árbol que agitaba ETA con sus atentados terroristas, ha afirmado, con todo el cinismo del que siempre ha hecho gala, que la lucha contra ETA «es una guerra que Madrid no ha ganado, ha perdido».

Más allá de las caracterizaciones que para diversos expertos merece el terrorismo, ya sea considerado como guerra o como mero acto delictivo, no es menos cierto que las acciones terroristas de ETA siempre han sido realizadas contra España, siendo los etarras declarados enemigos de la Nación Española desde el mismo momento de su formación. Tampoco es menos cierto que Arzalluz y el PNV en general, durante sus treinta años ininterrumpidos de gobierno en el País Vasco, se aprovecharon del terror causado por ETA para obtener cuantiosos réditos electorales, propiciando incluso coaliciones con Batasuna, el brazo político de la banda terrorista, y lanzándose de manera clara en brazos de los terroristas cuando éstos asesinaron cobarde y brutalmente a Miguel Ángel Blanco.

De la protección que el PNV ofreció a ETA cuando el gobierno de José María Aznar la tenía más acorralada que nunca, hacen gala las declaraciones de Arzalluz durante la entrevista, refiriéndose a la aprobación de la Ley de Partidos que permitió la ilegalización de Batasuna y sus subsiguientes marcas electorales. Arzalluz incluso afirma que «nosotros [el PNV] no fuimos suficientemente contundentes cuando salió la Ley de Partidos. Yo era presidente y di ruedas de prensa condenando aquello, porque decía "hoy éstos y mañana nosotros", y además rompen la capacidad, la fuerza, que podamos tener juntos». No cabe manifestar mayor complicidad con el terrorismo etarra.

El resto de la entrevista no nos dice gran cosa que ya no supiéramos de tan nefasto personaje, enemigo declarado de la Nación Española: es partidario de la independencia del País Vasco, «mejor hoy que mañana», pero también confiesa que su orientación táctica fue irla consiguiendo «a pasos, como todo en la vida». Y es que Arzalluz, haciendo gala de su victimismo habitual, afirma, refiriéndose a los vascos que «hoy por hoy no tenemos más que incomodidad y rechazo por todos los lados. Hoy, en España, el sentimiento mayoritario sobre los vascos es que "estos se han ido" porque les gustaría tenernos, pero ya saben que a la mayoría no nos tienen». La independencia del País Vasco es contemplada ya como un hecho irreversible por quien siempre mantuvo una guerra declarada contra España.

Desde DENAES no cabe establecer otro diagnóstico de las declaraciones de Arzalluz que su satisfacción por el éxito electoral de Bildu en las pasadas elecciones municipales, pues constituye un paso más hacia la segregación del País Vasco de la Nación Española. Paso propiciado, no es menos cierto, por la legalización de sus listas electorales que el Tribunal Constitucional y el Gobierno de España toleraron pese a todas las pruebas en contra de semejante decisión.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA.

jueves, 2 de junio de 2011

Pacto o traición

Aún no nos hemos recuperado de los resultados electorales de la coalición proetarra Bildu, cuando el lehendakari Pachi López ha afirmado que están estudiando en su partido, el PSE, llegar a «acuerdos puntuales» con la coalición proterrorista. Justo además el día en que PSOE y PP pactaban en el Congreso de los Diputados «la derrota definitiva, incondicional y sin contrapartidas» de ETA, toda una contradicción en los términos entre el PSOE nacional y el PSE. La razón fundamental de esta decisión, al parecer, se encuentra en que el partido de López, el PSE, no ha recibido suficiente refrendo en las urnas y teme perder cuotas de poder a nivel municipal y en las diputaciones de la comunidad autónoma vasca.
Al bochornoso espectáculo ofrecido por el sector «progresista» del Tribunal Constitucional, actuando como casación de unas pruebas ya firmemente establecidas por el Tribunal Supremo, con tal de validar como fuese la coalición de ETA para los comicios municipales y autonómicos, tenemos que sumar a un dirigente del PSOE, en este caso quien preside el gobierno del País Vasco, que se ofrece al acuerdo con quienes son los herederos legales de la vieja Batasuna. Esta misma semana hemos podido presenciar, «con luz y taquígrafos», el encuentro PSE-Bildu, presidido por el «independiente» columnista del diario proetarra Gara, Martín Garitano, y el socialista Miguel Buen, ambos candidatos a liderar la Diputación de Guipúzcoa.

Paradójicamente, López ha pasado de mantener un acuerdo de apoyo con el PP en el País Vasco, con el objeto de acabar con treinta años de dominio del nacionalismo del PNV, a dejarse querer por estos últimos, y ya directamente a proclamar su voluntad de llegar a acuerdos con quienes representan la violencia terrorista que busca segregar el País Vasco de la Nación Española. Poca diferencia puede haber ya entre un PSOE nacional que cometió delito de alta traición al negociar con los terroristas de ETA, además de humillar a unas víctimas del terrorismo que ven defraudada su confianza en el imperio de la ley, y un PSE que ya se ofrece públicamente a esta clase de componendas.

En estas condiciones, desde DENAES consideramos que debieran pensar muy seriamente los dirigentes del Partido Popular si tiene aún sentido apoyar a un lehendakari que ha dado la espalda a las promesas que formuló durante su investidura, hace ahora justamente dos años.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA

jueves, 31 de marzo de 2011

Comunicando



ETA ha vuelto a comunicar a sus enemigos la intención de mantener sus amenazas si es que no se accede a sus objetivos. Menuda noticia.

Envuelta en esa realidad imaginaria de un país no reconocido por España y Francia al que llaman «Euskadi», la banda funciona como si sus emisarios fueran embajadores que de igual a igual, de nación a nación, comunicaran a sus homólogos que deben suscribir un acuerdo de paz. Y no dejan de ser condescendientes con sus amenazados de muerte, que hasta les venden su propia derrota.

La confusión en la que viven, no obstante, no es nuestro problema. Allá los asesinos con sus motivaciones. El drama de España es que nos encontramos con un Gobierno que acepta las reglas impuestas por los terroristas, dando por bueno el mero hecho de «comunicar» con semejante plataforma. Prueba de ello son las declaraciones de Caamaño, nada menos que ministro de Justicia: «de ETA sólo esperamos un comunicado, y es que abandone de forma definitiva las armas y que se sume a la convivencia pacífica que deseamos todos los españoles».

¿Qué es eso de que ETA «se sume» a la convivencia? ¿Acaso que dejar las armas sería el precio suficiente con el que la Justicia española admitiría el pago por la responsabilidad de sus asesinatos? Lo inimaginable para cualquier otro grupo criminal en España, es posible para ETA. Dejar de asesinar, simplemente; tal es su castigo. Porque, en el fondo, Caamaño cree que tienen derecho a hacerlo, como si la «nación» en ciernes que España elimina, Euskadi, tuviera en ETA al ejército que firma su rendición.

Y es que ETA podrá ser una banda de asesinos alucinados, pero su alucinación se sostiene mientras damos audiencia a sus planes de acción. Y en ese sostén se incluye no sólo al Gobierno, sino a la prensa, y en general, medios de comunicación que deberían mostrar a los españoles la brutalidad y las intenciones del terror separatista, pero no dar beligerancia a sus palabras, a sus comunicados que siempre dicen lo mismo.

Un país decente, en caso de llegar ese último y, al parecer, deseado comunicado, no haría mejor cosa que tomarlo como lo que es cualquier anuncio de ETA: la trampa de una negociación encubierta.

Desde la Fundación DENAES para la Defensa de la Nación Española queremos alertar a los españoles de la negociación encubierta del Gobierno y animarles a acudir a la manifestación convocada por la AVT para el próximo 9 de abril, a las 17.00 en la Glorieta de Bilbao, en Madrid: Por la derrota del terrorismo, ETA fuera de las elecciones.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA

martes, 22 de febrero de 2011

Sus indoctas señorías se pliegan a la toponimia del nacionalismo vasco

Con la única oposición del PP y Unión Progreso y Democracia, los diputados españoles han decidido que los topónimos en español desaparezcan de las provincias vascas, es decir, Euskadi, neologismo que se debe al talento del primero carlista, después nacionalista y siempre hispanófobo, Sabino Arana Goiri, fundador del PNV y padre del nacionalismo vasco del cual saldrían, con el tiempo, los a veces asesinos a veces hombres de paz, que integran ETA. Así pues, las tres provincias del País Vasco, pasan a llamarse, por decisión de sus indoctas señorías: Araba/Álava, Gipuzkoa y Bizkaia, en una curiosa ortografía que admite letras griegas como la k y destierra a la españolista v.

La iniciativa, extravagante y antiespañola, no constituye novedad alguna, pues en otras ocasiones, y a veces con el apoyo del PP que ahora, con acierto, se opone a tal desatino, se han tomado decisiones que han propiciado la existencia oficial, por la que se rigen numerosos leguleyos, de denominaciones como: A Coruña, Ourense, Girona, Lleida e Illes Balears.

Los argumentos para esta democrática toma de decisión, han sido los previsibles: Los del PNV, han apelado al agravio comparativo con respecto a las regiones mencionadas. País Vasco, Euskadi o, ¿por qué no?, Euskal Herria, no va a ser menos que Galicia o Galiza, que Cataluña o Catalunya. La petición, como es lógico, ha encontrado, al margen del apoyo de un PSOE ávido de apoyos y rendido a los postulados secesionistas, el voto favorable y previsible de ERC, grupo que por boca de Jordi Xuclá, manifestó esa cantinela falsa y reiterativa según la cual el Estado –no España, palabra tabú para estos enemigos de la Nación- "avanza en el reconocimiento de su carácter plurilingüístico y plurinacional".

A estos despropósitos se sumó Gaspar Llamazares, quien no tuvo empacho en mostrar su rechazo a la "castellanización a ultranza" que, según él, ha dado lugar a diversas "traducciones ridículas". Ignora el sexista y progresista don Gaspar, que hace tan solo unos días, la nueva inquilina de la Real Academia, doña Inés Fernández-Álvarez, primer filólogo hembra de la institución, manifestó en su discurso de ingreso, que el español no puede identificarse sin más con el castellano... Pero, ¿qué puede importarle ese pequeño detalle a quien pretende, nada menos que liberar a los pueblos de España?

Desde DENAES no podemos sino pronunciarnos de forma rotunda, más rotunda que la de aquellos que no han mostrado un criterio firme en este asunto. Las ciudades de la Nación Española, deben seguirse llamando en español, y así nos conduciremos en el futuro. No hallará el lector despropósitos de este tipo en una Fundación cuyos patrióticos objetivos no admiten peajes ni componendas.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Con o sin las armas

La cuestión de la ETA, desde un punto de vista teórico, no tiene mucha enjundia; es, simplemente, la práctica del asesinato como medio para conseguir la secesión de las provincias vascas y Navarra del resto de España. Esto, claro es, en cuanto que los mismos etarras consideran que sólo una amenaza tan grave como es el asesinato reiterado de ciudadanos españoles, puede quebrar la moral de un Gobierno como para que este vea prudente «sentarse a negociar».

Ahora bien, si los representantes del Estado «bajan el listón» de su amedrentamiento, puede suceder que los asesinos no tengan que asesinar a ningún español más, puesto que la mera amenaza de «volver a las armas» será suficiente para que aquellos se «sienten a negociar». Este, y no otro, es el significado de la tregua. Por eso, atención, no hay que hablar de «tregua-trampa», puesto que todo tregua anunciada por una banda terrrorista, en sí misma, supone la vuelta a reanudar la actividad criminal de no obtenerse los objetivos por los que se asesina.

Y cumplido este paso, «sentarse a negociar» puede incluso significar sentarse definitivamente, o sea, instalándose en un parlamento a través de lo que se conoce como «brazo político». Ahora, los asesinos podrán empezar a ser reconocidos por las gentes ingenuas, como meros asesinos «en potencia», de tal suerte que su conversión en asesinos «en acto» sólo vendría por la negativa del Estado a aceptar que su “brazo político” participe en una elecciones.

La falacia es conocida. Se llama de la «falsa causa»: post hoc, ergo propter hoc. Y como en toda falacia, lo que se está escamoteando es el nexo causal real entre un fenómeno (ilegalización del partido cómplice) y el otro (asesinar); ese nexo causal, insistimos, es la secesión de España. De esta corrupción lógica proviene uno de los insultos más graves y escandolosos que se pueda verter contra todo aquel que no abriga esperanza alguna acerca de las «virtudes» del diálogo, sea este en privado, o en el mismo parlamento, a saber, que acaso le interese que ETA vuelva a asesinar.

Pues bien, los españoles tenemos un Gobierno que no sabe por qué asesina la ETA, y si lo sabe, le da igual. Cree, estúpidamente, que los «asesinos en potencia» se pueden quedar en ese estado, aletargados, en virtud de la democracia; no sabe, o le da igual, que lo que importa no es tanto acabar con ETA como con cualquier organización que defienda su mismo objetivo final. Y tanto da si es con las armas o sin ellas.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA.