Fundación DENAES, para la Defensa de la Nación Española

martes, 22 de febrero de 2011

Sus indoctas señorías se pliegan a la toponimia del nacionalismo vasco

Con la única oposición del PP y Unión Progreso y Democracia, los diputados españoles han decidido que los topónimos en español desaparezcan de las provincias vascas, es decir, Euskadi, neologismo que se debe al talento del primero carlista, después nacionalista y siempre hispanófobo, Sabino Arana Goiri, fundador del PNV y padre del nacionalismo vasco del cual saldrían, con el tiempo, los a veces asesinos a veces hombres de paz, que integran ETA. Así pues, las tres provincias del País Vasco, pasan a llamarse, por decisión de sus indoctas señorías: Araba/Álava, Gipuzkoa y Bizkaia, en una curiosa ortografía que admite letras griegas como la k y destierra a la españolista v.

La iniciativa, extravagante y antiespañola, no constituye novedad alguna, pues en otras ocasiones, y a veces con el apoyo del PP que ahora, con acierto, se opone a tal desatino, se han tomado decisiones que han propiciado la existencia oficial, por la que se rigen numerosos leguleyos, de denominaciones como: A Coruña, Ourense, Girona, Lleida e Illes Balears.

Los argumentos para esta democrática toma de decisión, han sido los previsibles: Los del PNV, han apelado al agravio comparativo con respecto a las regiones mencionadas. País Vasco, Euskadi o, ¿por qué no?, Euskal Herria, no va a ser menos que Galicia o Galiza, que Cataluña o Catalunya. La petición, como es lógico, ha encontrado, al margen del apoyo de un PSOE ávido de apoyos y rendido a los postulados secesionistas, el voto favorable y previsible de ERC, grupo que por boca de Jordi Xuclá, manifestó esa cantinela falsa y reiterativa según la cual el Estado –no España, palabra tabú para estos enemigos de la Nación- "avanza en el reconocimiento de su carácter plurilingüístico y plurinacional".

A estos despropósitos se sumó Gaspar Llamazares, quien no tuvo empacho en mostrar su rechazo a la "castellanización a ultranza" que, según él, ha dado lugar a diversas "traducciones ridículas". Ignora el sexista y progresista don Gaspar, que hace tan solo unos días, la nueva inquilina de la Real Academia, doña Inés Fernández-Álvarez, primer filólogo hembra de la institución, manifestó en su discurso de ingreso, que el español no puede identificarse sin más con el castellano... Pero, ¿qué puede importarle ese pequeño detalle a quien pretende, nada menos que liberar a los pueblos de España?

Desde DENAES no podemos sino pronunciarnos de forma rotunda, más rotunda que la de aquellos que no han mostrado un criterio firme en este asunto. Las ciudades de la Nación Española, deben seguirse llamando en español, y así nos conduciremos en el futuro. No hallará el lector despropósitos de este tipo en una Fundación cuyos patrióticos objetivos no admiten peajes ni componendas.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA.

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